
Los pasteles de Caralampio son horneados y decorados por ángeles o espíritus, la leyenda narrada por los habitantes de este pueblo nos hace reflexionar sobre los motivos del pastelero a través de décadas. ¿Buenos deseos o remordimientos?
Woodstock, el mayor pueblo de Connecticut, EE.UU. cuenta con 8,047 habitantes y se dice que puedes ver más vacas que personas en sus alrededores. Está rodeado de campos cultivados y lleno de leyendas de personajes que nacieron, vivieron y murieron ahí, pero nunca se han ido y habitan en casas encantadas.
EL ESPÍRITU DLE PASTELERO
Este pueblo no cuenta con un downtown, un parque en el centro, sino que las casas se encuentran esparcidas a lo largo del camino. Debes atravesar desde un extremo hacia el otro, pasando a orilla del lago y frente a la iglesia con más de 300 años, tan vieja como la casa de la Familia Caralampio.
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PASTEL DE BODA |
Todos se conocen y compran sus pasteles en la única pasteleria llamada Caralampio, para una boda o un cumpleaños, una reunión familiar. Un lugar muy acojedor donde la madera cruje al mismo tiempo que respiras y en el momento que menos espera se escucha las carcajadas del pastelero a quién andie ve pero sí percibe su presencia.
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BOSTON CREAM – RELÁMPAGOS |
Mientras te deleitas con una porción de pastel y una taza de té o chocolate, alguien narra los sucesos del último pastel encontrado, el aroma que inunda la cocina aún antes que alguien pueda entrar.
Pedro Caralampio fue el abuelo o tatarabuelo, ya todos perdieron la cuenta de los años; la costumbre de ver un nuevo pastel el primer viernes del mes por una ocasión especial o un evento a celebrar como el Día de San Valentín, no asusta a los comensales, al contrario, agradecen por ese gesto de hornear completamente gratis.
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PASTEL DE FELIZ AÑO NUEVO |
Así como el 1 de enero de 2016, siendo un primer viernes del mes, en el mostrador de la cocina a las 5 am este pastel estaba listo para ser servido.
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BIENVENIDA EN EL CIELO |
Cuando el sacerdote del pueblo murió de vejez, el espíritu de Caralampio se manifestó con este pastel, no era un viernes ni principios de mes.
Por generaciones, este taller ha pertenecido a la familia, las puertas no necesitan ser cerradas durante las noches porque son custodiadas por ángeles o espíritus que se deleitan horneando pasteles y decorandolos según su propio deseo mirando muy de cerca el almanaque para celebrar las festividades.
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COPYRIGHT © WALESKA YS
Foto Por Cortesía: All Bakery / Priscilla Shop