MUNDO PARANORMAL

El reciente hallazgo de un monje budista en estado de momificación desde hace aproximadamente 200 años en Mongolia ha colocado en la escena mundial a un ancestral proceso practicado en distintas culturas asiáticas desde el siglo XV hasta mediados del siglo XIX. Se trata del Sokushinbutsu, que supuestamente permite alcanzar un estado superior de la conciencia gracias a un ciclo de auto momificación.

El Sokushinbutsu, un enigmático proceso de auto momificación.

En este caso, el monje hallado en Mongolia sobre fines de enero de 2015 se encontraba cubierto con piel de ganado para mejorar su preservación y en posición de loto. Incluso especialistas como el Dr. Barry Kerzin, médico del Dalai Lama, sostienen que este religioso no ha muerto sino que se halla en un estado máximo de meditación denominado tukdam, un nivel cercano a la perfección espiritual del Buda.
El propio Kerzin indicó a la prensa que ha visto alrededor de 40 casos similares en la India en las últimas 5 décadas. ¿En qué consiste este fenómeno? Se trata de un proceso de auto momificación denominado Sokushinbutsu, practicado en la antigüedad por muchos monjes budistas en Japón y en toda Asia. Esta práctica, iniciada según los historiadores sobre el siglo XV, fue prohibida en Japón durante la mitad del siglo XIX. Se estima que a partir de ese momento no se efectuó más en todo el continente asiático, aunque no existen comprobaciones al respecto.

SOKUSHINBUTSU: LA AUTO MOMIFICACIÓN PASO A PASO

El Sokushinbutsu, un término que significa “obtener la budeidad en vida”, se realizaba en varios pasos. El largo proceso, plagado de sufrimientos y sacrificios para el monje, culminaba en una especie de “muerte en vida” que puede parecer inexplicable en el marco de la cultura occidental. Sin embargo, era sublime para los budistas porque permitía perecer alcanzando un nivel superlativo de conciencia a través de la meditación.
En una primera instancia del Sokushinbutsu, los religiosos mantenían una dieta exclusiva de frutos secos, nuez moscada y harina de trigo, complementada con una fuerte rutina de ejercicios físicos. El propósito era eliminar la grasa corporal. Dicho ciclo, al igual que los restantes, duraba 1.000 días.
El proceso de auto momificación continuaba en un segundo ciclo de consumo de raíces y corteza de pino, acompañado de la ingesta de un té venenoso producido con componentes del árbol Urushi. La dieta exigua y el lento accionar destructivo de la infusión culminaban luego de otros 1.000 días con una persona prácticamente a punto de fallecer, pero sin la presencia de grasas que puedan acelerar la descomposición de su cuerpo. Los monjes budistas aplacaban sus dolores mediante la meditación y los mantras.

SOKUSHINBUTSU: LA ILUMINACIÓN BAJO TIERRA

Posteriormente, el Sokushinbutsu seguía con un tercer período de 1.000 días en el cual el monje era sepultado en vida en un recipiente de madera, que disponía de las dimensiones exactas para poder ubicarse en posición de loto. Los religiosos también contaban con raíces para seguir su alimentación bajo la tierra y con una caña de bambú que salía a la superficie para poder respirar. Cada día, el religioso debía accionar una campana para confirmar que seguía vivo.
En el momento en el que la campana dejaba de sonar, los monjes ubicados en el exterior sellaban la tumba por otro lapso de 1.000 días. Concluido el mismo se abría la tumba para comprobar si la auto momificación que busca el Sokushinbutsu se había efectivizado, evitando la descomposición del cuerpo. En ese caso era trasladado a un templo y tratado con la misma veneración que a Buda.
COPYRIGHT © PABLO JAVIER PIACENTE | Foto Por Cortesía: taringa.net

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SOKUSHINBUTSU: LOS MONJES BUDISTAS Y SU AUTO MOMIFICACIÓN

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